Windows XP es una de las versiones de Windows que más tiempo se ha mantenido vigente entre los usuarios y, aunque ya no está soportado por Microsoft, sigue contando con una gran cantidad de usuarios que se resisten a dar el paso a Windows 7. Esta versión de Windows, cuenta con un sistema de trabajo bastante cómodo y, aunque su aspecto visual no sea el más moderno y el más eficiente, siempre hay maneras de personalizarlo para que se adecue a los nuevos tiempos o para obtener un mejor rendimiento.
Cambiando el tema de escritorio
El primer paso para obtener un sistema personalizado, es cambiando el tema de escritorio del sistema. De esta manera, podemos darle una apariencia personalizada a nuestro escritorio. Para realizar esta operación, podemos utilizar los temas de escritorio que tenemos pre-cargados en Windows XP o simplemente, podemos descargar cualquier tema de escritorio de Internet y proceder a instalarlo en el sistema.
Para cambiar el tema del escritorio, debemos ubicar el puntero del mouse en el papel tapiz del escritorio y hacer clic con el botón derecho para que se despliegue el menú secundario. Seguidamente, seleccionamos “Propiedades” y se abrirá una ventana emergente con las opciones de configuración del escritorio (Ver figura 2).
Nos ubicamos en la pestaña “Temas” y elegimos cualquier tema que se encuentre en la lista desplegable. Si hemos descargado algún tema de escritorio de Internet, elegimos la opción “Examinar”, ubicamos donde guardamos el tema de escritorio, lo seleccionamos y aceptamos. De esta manera, habremos cambiado el tema de escritorio, aceptamos y el cambio se habrá hecho de forma automática.
Modificando la apariencia del escritorio
Otro punto sencillo de configurar es la apariencia de las ventanas y los elementos del escritorio. Para realizar esta tarea, debemos hacer clic derecho con el mouse sobre el escritorio, elegir la opción “Propiedades” y esperar que se despliegue la ventana emergente. Una vez hecho esto, debemos ubicarnos en la pestaña “Apariencia” (Ver figura 4).
Seguidamente, podremos observar diferentes menús desplegables que ofrecen cambiar las propiedades de cada uno de los elementos del escritorio, sólo es cuestión de ir probando y eligiendo diversos tipos de colores, textos y formas para dichos elementos. Al culminar, aceptamos los cambios y estos quedarán cargados en el ordenador (Figura 5).
Modificar el Menú Inicio de Windows XP
Modificar el menú Inicio de Windows XP es bastante sencillo. Para realizar esta tarea, nos ubicarnos con el puntero del mouse sobre el menú Inicio, desplegamos el menú secundario, y elegimos la opción “Propiedades” (Ver figura 6).
Una vez hecho esto, se desplegará una ventana emergente. Nos ubicamos en la pestaña Menú Inicio de dicha ventana emergente para poder acceder a las opciones de configuración del Menú Inicio (Ver figura 7).
Seleccionamos las que mejor se ajusten a nuestros gustos y seguidamente, aceptamos los cambios para que se ejecuten en el PC (Ver figura 8).
Poner un fondo de escritorio en Windows XP
Añadir una imagen a Windows XP es bastante simple, sólo debemos tener la imagen que deseamos insertar en el escritorio. Recordemos que debe cumplir con la resolución de nuestra pantalla para que la imagen abarque todo el escritorio de Windows.
Para realizar esta tarea, debemos ir al menú Inicio, seleccionar el apartado “Panel de control” y luego elegir la opción “Apariencia y temas”, seguidamente, seleccionamos “Pantalla”. Al realizar esta acción, veremos cómo se despliega en la pantalla una ventana emergente, nos ubicamos en la pestaña “Escritorio”, donde podremos ver en la parte inferior el apartado “Fondo” (Ver figura 9).
Una vez hecho esto, podemos seleccionar un fondo de escritorio de los pre-seleccionados por el sistema o simplemente, ubicar la imagen que deseemos pulsando el botón “Examinar”, eligiendo la imagen que deseamos colocar como fondo de escritorio. Seguidamente, aceptamos los cambios y se ejecutarán en nuestro sistema.
Organizar los iconos del escritorio y limpiarlo
Organizar los iconos del escritorio y mantenerlo limpio, es una tarea bastante simple que podemos hacer con muy poco esfuerzo y tiempo. Para ello, nos ubicamos con el puntero del mouse sobre el escritorio de Windows y hacemos clic derecho para desplegar el menú secundario del sistema. Una vez hecho esto, seleccionamos “Organizar iconos” y elegimos la opción que más nos guste (Figura 10).
Una vez que realicemos esta acción, podremos visualizar cómo los iconos del escritorio se alinean de acuerdo al orden que le hemos dado en el paso anterior.
Actualizando la apariencia de Windows XP
Con la llegada de otras versiones de Windows (Vista y 7), la apariencia de Windows XP fue quedando obsoleta o de aspecto simple. Pero, podemos seguir disfrutando de nuestro sistema favorito sin tener que instalar las versiones más nuevas de Windows, ya que existe una enorme cantidad de aplicaciones que se encuentran orientadas a modificar el aspecto visual del XP para convertirlo en un clon de Vista o de Windows 7, en pocos pasos, y sin tener que modificar nuestro Windows XP a nivel de sistema.
Estos programas tienen como objetivo principal cambiar los iconos, los sonidos, los fondos y el estilo del Windows XP por unos mucho más modernos, dando una apariencia bastante agradable y actual a nuestro sistema XP.
Entre los principales programas que podemos encontrar dentro de este género, tenemos los siguientes:
Como podemos ver, existe una gran cantidad de opciones para mejorar el apartado visual de nuestro Windows XP, sin tener que cambiar el sistema.