Gracias a las computadoras e Internet, las empresas no importa del tamaño que sean, tienen acceso a herramientas de control de gastos y contabilidad, además del uso de facturas electrónicas las que cada vez son más comunes en diferentes lugares del mundo.
La facturación electrónica permite que las empresas puedan facturar a sus proveedores y clientes utilizando software y plataformas virtuales, las que además les ayudan a ordenar sus obligaciones tributarias.
¿Qué es la facturación electrónica?
Las computadoras dejaron de ser costosas y no hay negocio, por más pequeño que sea, que no puede acceder a una de ellas, asimismo existen software pensados para gestionar las finanzas y movimientos ya se de grandes empresas o pymes.
La facturación electrónica es quizá una de las herramientas más útiles para los negocios, ya no solo permite crear las típicas facturas en formato digital, sino que además posibilita su envío al cliente o proveedor y el registro con el organismo tributario correspondiente a cada país.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea y otros países tienen una serie de reglas establecidas para el uso de facturas electrónicas, incluso algunas naciones comenzaron a dejar de lado el uso de facturas de papel y en los próximos años solo se admitirá el uso de estos documentos en formato digital.
El mantener un orden de las facturas es más sencillo que nunca, ya que software tanto gratuitos como pagos permiten tener un sistema de contabilidad electrónica casi automático evitando los típicos errores humanos a la hora de calcular montos, porcentajes e introducir datos de manera correcta, nunca los libros de contabilidad estuvieron tan ordenados.
Existen facturas electrónicas de diferente tipo; desde las dirigidas a los proveedores para adquirir bienes y servicios que la empresa requiere hasta las que se entregan a los clientes en una venta, funcionando como un recibo completamente válido y legal desde el cual se registra el cobro de impuestos como por ejemplo el IVA.
Otra de las ventajas de la facturación electrónica es que permite generar una cantidad casi ilimitada de copias, tanto para los registros de la misma empresa como también para las de los clientes, proveedores y muy importante autoridades, así siempre se está listo en el caso de auditorias tributarias,
La facturación electrónica puede usarse en comercio internacional siempre y cuando cumpla los estándares tanto del país desde el cual se emitió como también desde el cual será recibida. Para asegurar que esto se de sin problemas las Naciones Unidas posee una unidad dedicada al desarrollo e integración de este tipo de elementos financieros en los negocios internacionales.
Si bien la facturación electrónica suele relacionarse más con empresas que venden objetos, los pequeños prestadores de servicio también pueden utilizarlas, es más son ideales para los trabajadores independientes a la hora de llevar contabilidad y el registro de impuestos a pagar.
Médicos, proveedores de servicios hogareños como pymes de aseo, plomeros, electricistas, etc, utilizan facturas electrónica y según el país estas incluso pueden emitirse desde plataformas móviles.
Además de la ventaja ecológica que significa el utilizar menos papel que en el caso de las facturas físicas, las facturas electrónicas eliminan la molestia de acumular documentos impresos para poder llevar bien la contabilidad, evitando los problemas que podría acarrear su extravío.
Si no usas facturas electrónicas te estás perdiendo de una excelente herramienta que no solo facilita tu vida, sino que también te ayuda a ahorrar dinero. Dirigirte al sitio del organismo encargado de los impuestos en tu país para averiguar buen cuáles son los procedimientos que necesitas hacer para comenzar a utilizarlas y aprovechar todas sus ventajas.
Ecológicas, económicas y por sobre todo ideales para ahorrar tiempo y trabajo a las empresas y trabajadores independientes, las facturas electrónicas llegaron para quedarse y jubilar a las viejas facturas de papel, todo un avance al servicio no solo de los sectores productivos sino que también del individuo común que ya no tendrá que ahogarse en montañas de papeles y pasar horas hasta encontrar ese factura que necesita.