Los procesadores son una parte primordial en la estructura de un ordenador, pues sin ellos no se podría realizar tantas operaciones y funciones que requieren los diferentes softwares y utilidades.
Desde el primer procesador que salió al mercado, hemos visto un progreso inmenso a base de errores que han tenido que ir siendo corregidos.
Por ejemplo los muy recordados procesadores de 33 MHz, mismos que operaban solo bajo un sistema operativo basado en DOS y que tenían la falencia de no disponer un co-procesador matemático. Luego se vio la necesidad de incorporar uno como un chip opcional separado del procesador principal.
La historia registra a los primeros procesadores de primera generación con una velocidad de hasta 66 MHz, llegando luego a fabricarse por parte de Intel los procesadores que llegaron a una velocidad de 200 MHz.
Sus competidores directos en ese entonces, AMD que no podía utilizar algunas especificaciones por cuestión de “derecho de autor”, pero que con sus modelos PR75 hasta el PR100 batallaban por tratar de llegar a la punta (PR es significado de Performance Rating).
Luego AMD quiso intentar con un nuevo modelo, el Cyrix, mismo que fue un diseño excelente pero que se vio fabricado por IBM. Todos estos procesadores tenían el problema de su funcionamiento en cuanto a aplicaciones de alto rigor, tales como AutoCAD, pues el mismo requería de funciones matemáticas complejas lo cual no podían ofrecer de manera eficiente todos los procesadores mencionados y peor aún en un Windows 95 que era en ese entonces el sistema predilecto. Claro que en Windows NT, OS/2 o LINUX algunos de los problemas se corregían grandemente.
Con cada procesador que se iba presentando al mercado, se iba también mostrando cuáles eran sus errores, así uno de ellos era el corregir el sobre calentamiento que sufrían estos, a lo cual se vio la necesidad de bajar el voltaje de cada uno de estos, mismo que en principio era de 5V y que se bajó a 3V.
Con toda la competencia por ganar terreno en cuanto a tecnología, es que INTEL desarrolló su preciado Pentium MMX y luego de éste sus futuras generaciones de Pentium II en adelante, mismos que ofrecían una mayor eficiencia en trabajos profesionales, pero con la consecuente modificación del diseño de algunos de sus procesadores, que requerían de un encapsulado grande y un socket dedicado de manera especial para su trabajo.
La ventaja de estos procesadores era el incremento de su memoria caché, que llegaba a tener un tamaño de 512 KB, lo cual para ese tiempo era un logro inmenso.
Todos estos procesadores han sido el precedente para una nueva generación de chips con los que contamos en la actualidad, ya que se podría decir que todos los usuarios hemos sido colaboradores o testeadores del avance y pruebas que han hecho cada uno de los fabricantes.
