Un CPU no es más que una pequeña pieza de tecnología hecha de miles de millones de transistores, y “puertas” eléctricas que se encienden y apagan para hacer cálculos aritméticos. Para esto requieren usar energía, y, mientras más pequeño es el transistor menos energía necesita. En este sentido entran los CPU de 7nm o 10nm, que son mediciones del tamaño de los transistores en nanómetros. Esta es una pequeña longitud, pero una métrica muy buena para conocer el poder de un CPU en especial.
Cuando hablamos de “10nm” hablamos del nuevo procesador fabricado por Intel, y que será lanzado en el cuarto trimestre de 2019. Mientras que cuando hablamos de “7nm” nos referimos al procesador de TSMC, que es en lo que están basado los CPU de AMD y el chip A12X de Apple.
¿Por qué son tan importantes los CPU de 7nm o 10nm?
La Ley de Moore es una vieja observación que de que la cantidad de transistores dentro de un chip se duplicaba cada dos años y los costos se reducían. Esto se mantuvo durante un buen tiempo, pero últimamente este tiempo se ha tardado más.
La reducción se ha vuelto mucho más complicada, de hecho, desde 2014 Intel no ha reducido el tamaño de sus transistores. Estos dos CPU de 7nm o 10nm son las primeras reducciones en mucho tiempo, en especial por parte de Intel, lo que representa un resurgimiento de la Ley de Moore.
Con el retraso de Intel, los dispositivos móviles han podido alcanzar esta tecnología en sus chips. Por ejemplo, el chip A12X de Apple es un procesador de 7nm y el de Samsung es de 10nm. Por otro lado, AMD lanzará procesadores de 7nm, lo que es una oportunidad para superar en rendimiento a Intel. A su vez, esto representa una mejor competencia en el mercado de procesadores frente al monopolio de Intel.
¿Menos nanómetros es mejor?
Los procesadores son fabricados a través de fotolitografía. En este proceso, la imagen del CPU está grabada en una pieza de silicio. El método por el cual esto se lleva a cabo se conoce como “nodo de fabricación” y se mide por lo pequeño que el fabricante puede hacer sus transistores.
Los transistores más pequeños pueden realizar un consumo más eficiente de energía. Pero no solo eso, también pueden realizar más cálculos sin producir mucho calor, algo que muchas veces limita el rendimiento de un CPU.
Por otro lado, también permite tamaños de matriz más pequeños, lo que reduce los costos y aumenta la densidad en el mismo tamaño. Es decir, podemos tener más núcleos por chip. Por ejemplo, el de 7nm es el doble de denso que un nodo de 14nm, lo le da la capacidad a AMD de lanzar chips de servidor de 64 núcleos. Esto es una mejora muy importante con respecto a sus procesadores de 32 núcleos y 28 núcleos de Intel.
¿AMD será superior a Intel?
Si bien es cierto que Intel sigue con un nodo de 14nm, mientras que AMD lanzará sus CPU de 7nm, esto no significa que AMD sea el doble de rápido. El rendimiento no escala con el tamaño del transistor en el caso de los ordenadores. Decir eso sería solo marketing, pero si es cierto que el nuevo procesador de Intel y de AMD serán muy buenos rivales.
¿Cuál es la ventaja real de los chips con nodos más pequeños?
El nuevo tamaño de los nodos tiene más ventajas en los nuevos dispositivos móviles y portátiles de baja potencia. Ya que con 7nm, pueden tener hasta un 25% más de rendimiento consumiendo la misma energía. O bien, podrían obtener el mismo rendimiento pero consumiendo la mitad de energía.
¿En qué se traduce esto? Simplemente puede significar una mayor duración de batería con el mismo rendimiento y chips más potentes para dispositivos más pequeños. Bien sea un CPU de 7nm o 10nm, podrá conseguirse más rendimiento con una energía muy limitada.
Un buen ejemplo de esto es el nuevo chip A12X de Apple que hace morder el polvo a los chips de Intel. Y esto teniendo en cuenta que fue encapsulado en un teléfono inteligente, siendo el primer chip de 7nm en salir al mercado.
Disminuir los nanómetros de un CPU siempre va a ser una buena noticia. Ya que podemos obtener chips más potentes con mayor eficiencia energética, mejorando así toda clase de dispositivos.