Las impresoras láser, como todo equipo informático, requiere de mantenimiento periódico para de esta manera, mantenerlas en óptimas condiciones y por supuesto, prolongar su tiempo de vida útil. A continuación, veremos cómo realizar mantenimiento preventivo a estas útiles herramientas de trabajo, como lo son las impresoras láser.
Limpieza interna de la impresora
Lo primero que debemos hacer, es apagar la impresora y dejarla apagada por varios minutos (por regla general, unos 40 min), para que todos sus elementos estén a una temperatura ambiente. Luego debemos retirar el papel de la bandeja y la misma bandeja de la impresora. Seguidamente, abrimos la impresora y retiramos el tóner o cartucho y lo colocamos en una superficie sólida sobre un trozo de papel seco (el tóner debe manipularse con cuidado, para evitar fugas).
Con el cartucho o tóner fuera de la impresora, procedemos a retirar todo el polvo de la parte interna del equipo, con un paño seco que no tenga pelusa y en las zonas difíciles, podemos utilizar un pincel simple, la idea es retirar todas las partículas de polvo. En las zonas de la impresora donde encontremos alambres de corona, podemos utilizar para su limpieza, un hisopo con alcohol isopropilico, (esto se debe hacer con mucho cuidado, ya que si se daña algún cable, el daño puede ser incalculable, de preferencia, hacer este paso si se está seguro de lo que se hace). Mientras que los rodillos de la impresora, los podemos limpiar con un paño ligeramente húmedo, hasta que no presenten suciedad.
Limpieza externa de la impresora
La parte externa o carcasa de la impresora, se puede limpiar con un paño suave o de algodón, ligeramente humedecido, de esta manera podemos retirar suciedades y cualquier tipo de partícula que se encuentre sobre la carcasa, lo que nos permitirá mantener el equipo siempre limpio.
Culminando el proceso
Una vez que la impresora esté completamente limpia y seca, con mucho cuidado volvemos a colocar el tóner o cartucho en su ranura y tapamos la impresora. Luego, volvemos a colocar la bandeja y sobre ella colocamos papel de calidad para evitar daños en el mecanismo de impresión (se recomienda utilizar el papel que propone el fabricante, papeles de mala calidad tienden a quedarse trabados dentro de la impresora).
Con esto culminamos el proceso de mantenimiento. Este proceso debemos repetirlo, por lo menos una vez al mes en el caso que la impresora se utilice mucho, o una vez trimestralmente en el caso que el uso sea poco. Además, es importante proteger la impresora del polvo con alguna funda cuando no la estemos utilizando, para evitar acumulación de polvo dentro del equipo.